Sirius en Azkaban
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Sirius en Azkaban
Me han encerrado aquí, entre los locos por un crimen que no he cometido. Por atentar contra un amigo. Por ser el padrino, el amigo y el traidor. Por una calamidad protagonizada a mano de el
inflitrado, del desleal. Pero nada de eso es cierto. Negras figuras me rodean y se pasean entre las jaulas, porque aquí sólo somos eso: animales enjaulados. Que irónico, nunca me imaginé que mis travesuras, mis pasatiempos se volverían algo de tiempo completo. Recuerdo cuando me transformaba en un perro negro, en un animal, para acompañar a mis amigos. Ahora ya no tengo pelo cubriendo mi piel, y no tengo hocico, ni sé ladrar. Pero de cualquier forma soy más animal de lo que nunca he sido. Custodiado por los desagradables encapuchados, que inundan el ambiente de frío y soledad. Dementores, a todos los han llevado a la locura y a la perdición. Sólo sigo cuerdo por el recuerdo de que estoy aquí por culpa del verdadero traidor, del verdadero infiltrado, el querido y protegido amigo. El hecho de que sé la verdad, conozco mi inocencia y ansío la venganza logran que mi estado mental no sea tan deprorable como el de los demás.
Oh James, oh Lily, oh Harry; cuánto lo siento. En cierta forma sé que todo esto ha sido culpa mía pues yo sugerí en última instancia que confiasen en el traidor; y no en mí. Yo los entregué a la muerte, y a tí Harry, te entregué a un cruel destino. Quién lo habría pensado... que serías tú el niño que vivió. Al menos esa idea me mantiene con esperanza, que sigues por allí Harry, que lograrás la fama y el éxito y que tus padres habrían estado muy orgullosos de tí. La tristeza aquí no es una emoción, si no un estado permanente; tal como la demencia, el odio y la desesperación.
¿Por qué todo ha acabado así? El tiempo debió haber parado hace mucho, cuando éramos los cuatro amigos, los inseparables merodeadores. O cuando Harry montó su primera escoba y rompía todo a su paso y asustaba al gato. Cuando el traidor, Peter, no era esclavo del rey de la maldad, no era el traidor, el infiltrado. Ya sé que tanto tiempo aquí acabará volviendome loco tarde o temprano. Pero mejor huir. Es decir, sólo me queda morir ¿qué puedo perder? Escapar es mi única opción, aunque sea un reto imposible, no hay nada que me puedan quitar, no hay nadie que me vaya a extrañar. Remus cree que fui yo, debió de haberse resignado, igual que el resto. Sólo
unos días más, para escapar.
inflitrado, del desleal. Pero nada de eso es cierto. Negras figuras me rodean y se pasean entre las jaulas, porque aquí sólo somos eso: animales enjaulados. Que irónico, nunca me imaginé que mis travesuras, mis pasatiempos se volverían algo de tiempo completo. Recuerdo cuando me transformaba en un perro negro, en un animal, para acompañar a mis amigos. Ahora ya no tengo pelo cubriendo mi piel, y no tengo hocico, ni sé ladrar. Pero de cualquier forma soy más animal de lo que nunca he sido. Custodiado por los desagradables encapuchados, que inundan el ambiente de frío y soledad. Dementores, a todos los han llevado a la locura y a la perdición. Sólo sigo cuerdo por el recuerdo de que estoy aquí por culpa del verdadero traidor, del verdadero infiltrado, el querido y protegido amigo. El hecho de que sé la verdad, conozco mi inocencia y ansío la venganza logran que mi estado mental no sea tan deprorable como el de los demás.
Oh James, oh Lily, oh Harry; cuánto lo siento. En cierta forma sé que todo esto ha sido culpa mía pues yo sugerí en última instancia que confiasen en el traidor; y no en mí. Yo los entregué a la muerte, y a tí Harry, te entregué a un cruel destino. Quién lo habría pensado... que serías tú el niño que vivió. Al menos esa idea me mantiene con esperanza, que sigues por allí Harry, que lograrás la fama y el éxito y que tus padres habrían estado muy orgullosos de tí. La tristeza aquí no es una emoción, si no un estado permanente; tal como la demencia, el odio y la desesperación.
¿Por qué todo ha acabado así? El tiempo debió haber parado hace mucho, cuando éramos los cuatro amigos, los inseparables merodeadores. O cuando Harry montó su primera escoba y rompía todo a su paso y asustaba al gato. Cuando el traidor, Peter, no era esclavo del rey de la maldad, no era el traidor, el infiltrado. Ya sé que tanto tiempo aquí acabará volviendome loco tarde o temprano. Pero mejor huir. Es decir, sólo me queda morir ¿qué puedo perder? Escapar es mi única opción, aunque sea un reto imposible, no hay nada que me puedan quitar, no hay nadie que me vaya a extrañar. Remus cree que fui yo, debió de haberse resignado, igual que el resto. Sólo
unos días más, para escapar.
Re: Sirius en Azkaban
10 puntos por tu reto Sophie, muy bueno además =)
Evangeline Knighton- G
- Mensajes : 128
Fecha de inscripción : 29/05/2010
Edad : 33
Re: Sirius en Azkaban
¡Que bueno te quedo! Me gustó mucho.
Rose Lauper- H
- Mensajes : 853
Fecha de inscripción : 05/06/2010
Edad : 31
Re: Sirius en Azkaban
te quedo muy bueno!
Karlha Black- Mensajes : 4
Fecha de inscripción : 10/06/2010
Edad : 29
Localización : venezuela
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