¡Sorpresa! (Michael)

Aquel día me había levantado más tarde de lo habitual, incluso me sorprendió que fuera la última en levantarme, pues en la habitación solo estaba yo. Me levanté y me vestí lo más rápido que pude, aunque aún tenía tiempo de bajar a desayunar antes que comenzara el día escolar.

No había mucha gente en el comedor, seguramente la mayoría ya había desayunado y andaba paseando por los pasillos antes de entrar a clases. Busqué con la mirada a alguien conocido en la mesa de Ravenclaw, ni mi hermano, ni Sele ni Liz estaban, así que pensé que, de seguro, ya habían tomado algo. Seguí buscando hasta que se me formó una sonrisa al ver a alguien conocido. Michael estaba allí sentado y, según pude apreciar, muy concentrado en su taza, y algo se me ocurrió.

Me acerqué sigilosamente hasta quedar detras de él y de improviso apoyé mis manos sobre sus hombros a la par que grité:- ¡BU!- Mi intención era asustarlo o, al menos, sorpenderlo un poco. Al instante me reí y me senté a su lado agarrando una galletita que había sobre la mesa- Buenos días Mike- dije en tono alegre dirigiendo mi mirada hacia él.

Ese día me senté en la mesa de Ravenclaw, aburrido, luego de estudiar para el examen de pociones que había en la tarde. Entonces, no me esperaba que mi TONTA amiga Anabelle apareciera atrás para sorprenderme...
Aunque no me sobresalte ni un poquito, así que le respondí, con sarcasmo: - mira como tiemblo - moví la mano- oh, vamos, ¿Que me cuentas? -dije, y la vi a los ojos.

Me amargué un poco al comprobar que mi broma no había dado los resultados que quería, más aún por el sarcasmo con el cuál me respondió, pero no permití que él lo notara, para no dale con el gusto. Simplemente me encogí de hombros y lo miré como si nada.

- Al menos lo intenté- dije en un tono tranquilo, como si no me hubiera afectado el hecho de no asustar a Mike y ni siquiera sorprenderlo. Pero, un poco si me había molestado, porque hubiese sido divertido si las cosas hubiesen pasado como yo quería. Escuché su pregunta y me quedé pensativa un instante, mientras acercaba hacia mi una taza de chocolate caliente- Qué cuento... qué cuento...- murmuré pensative mientras tomaba una galleta- ¿Números?- sugerí volviendo mi mirada hacia Michael y riendo al segundo siguiente- Ya... hablando en serio, te cuento que estoy muy bien ¿puedes decir lo mismo?- pregunté con curiosidad y manteniendo la sonrisa intacta.

-No me puedes engañar, estás brava porque no me asustaste- dije, sabiendo lo mal que se le daba mentir a mi amiga Anabelle- pero no te preocupes, puedes asustar a cualquier otra persona si es lo que se te antoja- dije, riendo- Bueno, si estar bien es estar cansado de estudiar todo el día para un ridículo examen de pociones, estoy supercalifragilisticoespialidoso, sino, sólo digo que estoy aburrido- le dije, respondiendo a su pregunta, la verdad, eso de estudiar tanto no estuvo tan mal, pues en la biblioteca me encontré con Emma y estudiamos juntos, lo que fue algo muy interesante, pues no sólo es hermosa, sino que también sabe demasiado de pociones- oye, por cierto, ¿cómo te fue en tu examen de transformaciones?- dije, sacando un poco de mi mente a Narcissa.

((disculpa la demora u.u))

Sabía perfectamente bien que le debía una y una muy grande, porque por más que nadie le creyera a Nina no me hubiera gustado que todo aquel tema se comentara, porque aunque no lo creyeran, muchos harían preguntas y eso era molesto. No tenía nada que ocultar, pero no uqería volver a aparecer en aquella recista nunca más en mi vida.

- ¿Mis hijos? Pues... al pequeño Bobby se le cayó su primer diente de leche, y Donna ya empezó a caminar- bromeé al escuchar su pregunta, inventando todo aquello pues, a pesar de lo mucho que había detestado aquel artículo, Mike lo había preguntado de tal forma que incluso me había hecho reír.

Escuché con atención su relato, aún dirigiéndole una mirada llena de agradecimiento, Mike había estado en el momento y lugar indicados. Pensé un momento en qué le daría para agradecerle, quizás evitaría molestarlo por un tiempo, o le hiciera algún regalo, o más bien lo ayudaría en lo que me pidiera. Sí, eso era bueno. Escuché su comentario y casi sin pensarlo me lleve ambas manos a la cara, de tal forma que, prácticamente, solo se podían ver mis ojos.

- ¿Tu crees?- pregunté. Aún no me había puesto a pensar en aquello de si hacíamos una linda pareja o no, solo sabía que quería conocerlo aún más y que me gustaba su compañía- ¿Sabes una cosa Mike? Jason de verdad me agrada- comenté libreando mi cara para comer otra galleta- A pesar de que aún me quedan muchas cosas por conocer de él... me agrada y mucho- sonreí casi con timidez por aquel comentario, y volví mi mirada hacia mi amigo- Pero no hablemos tanto de mí. Dime Mike ¿algo nuevo en tu vida que yo deba saber?- pregunté en tono divertido, volviendo a mi estado normal por completo y esperé una respuesta de su parte.