Con Selene en San Mungo.

Lo último que recordaba antes de que todo se convirtiera en una densa oscuridad, era el rostro de mi novio y la silueta y voz de mi mejor amiga. Desde ahí en adelante por más que intentaba, mi mente se encontraba en un lugar indeterminado y el cansancio se apoderaba de mi cuerpo como si llevara días sin dormir y el agotamiento se hubiese acumulado, me sentía ajena, como si no me encontrara en mi cuerpo. No sabía cuanto tiempo había transcurrido ni tampoco quienes estaban conmigo hasta que un intenso aroma llegó a mis fosas nasales como un puño en pleno estomago. Fruncí mi nariz conectando al fin mi mente con mi cuerpo e intentando levantar una de mis manos para alejar aquel insoportable olor, pero no podía, me sentía débil; entonces intenté abrir mis párpados, los cuales luego de un gran esfuerzo por mi parte, logré abrir a medias, volviéndolos a cerrar rápidamente ante la intensidad lumínica.

Un momento, ¿por qué todo estaba tan iluminado? Mi último recuerdo era la penumbra de los pasillos de Hogwarts cuando Luke me había sacado de la enfermería, él había dicho algo de San Mungo, no me había llevado ahí, ¿cierto? Volví a pestañar hasta que finalmente mis ojos se acostumbraron al entorno y miraba a mi alrededor, medianamente desorientada pero ya reconociendo el lugar. Efectivamente estábamos en el hospital de enfermedades mágicas, ¿cómo llegamos aquí? A mi lado se encontraba mi novio con semblante preocupado, más allá vi a Evie sentada en una silla y a mi otro lado un joven a quien no reconocía y que vestía túnica de medimago, él aún tenía el frasco a centímetros de mi nariz, hice una mueca y con eso lo alejó, ¡Gracias a Merlín! Volví mi vista con gesto cansado a Luke, entrecerrando mis ojos.

-Me has traido a San Mungo- Afirmé lentamente, solo quería volver a cerrar mis ojos- No era nada importante para venir aquí, solo haremos que los sanadores pierdan su tiempo- Volví a decir soñolienta- Además hemos salido de Hogwarts, estarán en problemas por eso- Los reproché, y hubiese seguido, pero el medimago hizo un gesto y tomo mi muñeca, suponía para ver mi pulso. Su rostro antes calmado, ahora lucia algo perturbado.

-Su pulso es demasiado lento- Comentó observando los frasquitos y eligiendo otro de un color azul eléctrico, destapándolo con la varita- Beba esto por favor-Pidió tendiéndomelo, no sacaría nada negándome, por lo cual lo acerqué a mis labios, pero tal y como pasó minutos u horas antes, no lo sabía, mi garganta se cerró y unas arcadas se hicieron presente, evitando por cualquier modo que lograra tomar el contenido de aquel vial.

Quise rodar los ojos al oir a Evie decir aquello, sin embargo mis parpados se cerraban solos y el cansancio comenzaba nuevamente a apoderarse de mí. Luché por mantener los ojos abiertos mientras miraba al sanador, esperando oír una respuesta a lo que yo tenía, sin embargo esa respuesta nunca llego ya que mi novio en un movimiento rápido ya tenía la varita desenfundada y en el pecho del joven medimago. Iba a abrir la boca para reprochar su actitud, más ninguna palabra salió de esta al contemplar la escena completamente sorprendida y atemorizada, mientras sentía como un escalofrío se hacía presente en mi cuerpo. Su sonrisa que pretendía tranquilizarme no hizo más que preocuparme más, quizás las amenazas si funcionaban, sin embargo esas no eran formas de conseguir todo, después de todo mi propia madre trabajaba en San Mungo.

Tomé nuevamente el otro vial que me ofrecía el joven, logrando tomar un par de gotas antes de que una nueva arcada se hiciera presente, ya empezaba a cerrar los ojos nuevamente cuando algo en el rostro de mi novio llamo mi atención, logrando que enfocara mi mirada en él, me miraba… sorprendido, al igual que mi amiga, ¿qué me sucedía? ¿acaso tenía algo pintado en el rostro o qué? El medimago se veía con una cara complacida, ¿pasaba algo que debía suceder?.

-Bien, esto descarta un par de enfermedades, sin embargo aún hay más pruebas por realizar- Comentó luego de unos instantes sin decir nada.- Debo ir a buscar un par de cosas que necesitaré, volveré enseguida- Agrego él antes de volver a desaparecer de la habitación, por favor solo quería cerrar los ojos y descansar unos momentos. Pestañeé de manera pesada antes de volver a enfocar mi vista en Luke.- ¿Qué sucede? ¿Por qué me miras con esa cara?- Pregunté con voz patosa, mientras otro escalofrío se hacía presente, tomé la sábana que había en la camilla en donde me encontraba y con ella cubrí mi cuerpo, repentinamente me estaba dando frio y así lo hice saber, acurrucándome más en la ropa para poder encontrar calor.

Sonreí débilmente al ver como mi novio, aquel chico que hacía pocos momentos había estado serio y amenazante, ahora se acercaba a mí con dulzura y me arropaba, un cambio drástico que solo sucedía cuando estábamos juntos. Seguí la dirección de su mirada en cuanto respondió a mi pregunta, abriendo de manera desmesurada los ojos al contemplar mis manos lanzando destellos azules… ¡Azules! Detalle que quedo olvidado al ver ciertas cosas que estaba más que segura que no se encontraban en la habitación minutos o incluso segundos antes… ¿Qué hacía un elefante rosado en una habitación tan pequeña? ¿Y como es que Evie y Luke no se daban cuenta? ¡Si se encontraba ahí! ¡Y reía!

Abrí de manera cansina mis ojos contemplando al medimago que volvía a estar a mi lado, murmurando algunos encantamientos y con unos frasquitos a su lado, ¿es que acaso el tampoco veía a tamaña criatura? –Hay un elefante rosado aquí mismo, ¿nadie lo ve?- Pregunté con el ceño fruncido y total seriedad en mis palabras, ¿Cómo podían ser tan ciegos? ¡Si me estaba mirando! Y no era solo eso, habían muchas criaturas más… era todo tan… psicodélico. Cerré mis ojos con cansancio, esto me estaba mareando.

-¿Y bien? ¿el que esté de azul es bueno? ¿puede decirnos qué tiene?- Preguntó Evie al joven, este se removió volteando para ver a los presentes en la habitación, mirándolos con un aspecto tranquilo.- En parte si, señorita, como ya he dicho, eso descarta un par de enfermedades, con los hechizos que he aplicado ahora la fiebre que tiene debería remitir dentro de poco, ese cansancio extremo que siente puede ser causado por un par de factores que quiero descartar para así dar un diagnóstico acertado, pero antes necesito saber algunas cosas, como por ejemplo ¿estuvo fuera del país los últimos meses? …- Escuchaba todo distorsionado, nuevamente el cansancio se hacía presente en mí, llevándome lentamente a los brazos de Morfeo.