Necesidad (Emily)
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Necesidad (Emily)
Qué tan largo es el recorrido? –
-Tres pisos más- respondí con una sonrisa alentadora- ...no nos llevará mucho si es que caminas rápido- le insté, dirigiendo una mirada con un matiz de desafío y diversión. ¿La pequeña serpiente se podría adecuar a mi ritmo?. Esperé el instante en que su mano se uniera con la mía en unos segundos que se me hicieron eternos. Y como era de esperarse, el hielo de su mano batalló con la calidez de la mía. -Uf, estás fría... - susurré más para mi que para ella. Al segundo, reparé en su incomodidad. Me frustré, ¿es que acaso ni para tomar la mano de una chica era eficiente?. Mi frustración pasó a ser sorpresa cuando acomodó su mano de porcelana de una forma que la mayoría podría ver con malos ojos. Desvié mi vista con los labios fruncidos con el afán de taparle el paso a una risa que quería estallar a toda costa. La situación más bien me avergonzaba hasta un punto inimaginable, pero mi cuerpo siempre reaccionaba como si todo le hiciese gracia. No pude contenerme más, y reí levemente, fingiendo lo chistoso que me había resultado el caminar de equis estudiante. Que falso, pensé con ironía. Miré a Emily, aún con esa mueca que se te queda cuando te han contado un buen chiste.
- "Bueno, vaamos" - canturré como si nos dirigiésemos a una gran aventura de las que pocos tienen suerte de realizar. Apreté ligeramente su mano en un gesto de firmeza.
Caminé rápido y decidido, ignorando al máximo las miradas casi depredadoras de los estudiantes. Al menos no les daría el tiempo de analizar nuestras caras, las cuales les darían datos suficientes para que comenzaran a cuchillear e inventar rumores absurdos que no tardarían en expandirse como una tóxica enfermedad. Y era lo más probable, ya que nadie era demasiado despistado como para no percatarse del irónico hecho; una Sly y un Gry tomados de la mano como viejos amigos... u otra cosa. Sonreí. Un grupo de estudiantes nos miraron con un recelo que me cohibió por momentos. "Siempre la cabeza en alto", me recordé como si intentara desatar el nudo ciego que se había formado en mi interior. Emily iba por detrás, ya que yo tenía que ir indicando el camino correcto. Mi paso se acomodó al de ella con facilidad, no quería que se agitara por mi causa.
Subimos y subimos escaleras hasta que nuestro recorrido llegó a su fin. Ralentice mi paso, nos hallábamos lejos de los rostros curiosos, no era necesario apresurarse. El pasillo estaba solitario, y se respiraba tanta tranquilidad que nuestras respiraciones aceleradas se escuchaban con violencia en aquel silencio. La miré detenidamente a los ojos, por primera vez desde que habíamos partido.
-Llegamos- exclamé en un suspiro y una sonrisa traviesa- caminé aún más lentamente, analizando el lugar exacto en donde se suponía, debía estar la puerta de acceso. Piensa en algo... me pedí. Puesto que para entrar, algo tendría que necesitar. Nuestras manos seguían cálidamente unidas, y ya no me parecía extraño o bochornoso. Tampoco quería que me soltara, claro que no. Una mueca agrietada y confusa se dibujó con discreción en mi rostro, era extraño sentir ésta especie de comodidad con alguien que apenas conocía... y más si ese alguien es una linda e intimidante Slytherin.
-Tres pisos más- respondí con una sonrisa alentadora- ...no nos llevará mucho si es que caminas rápido- le insté, dirigiendo una mirada con un matiz de desafío y diversión. ¿La pequeña serpiente se podría adecuar a mi ritmo?. Esperé el instante en que su mano se uniera con la mía en unos segundos que se me hicieron eternos. Y como era de esperarse, el hielo de su mano batalló con la calidez de la mía. -Uf, estás fría... - susurré más para mi que para ella. Al segundo, reparé en su incomodidad. Me frustré, ¿es que acaso ni para tomar la mano de una chica era eficiente?. Mi frustración pasó a ser sorpresa cuando acomodó su mano de porcelana de una forma que la mayoría podría ver con malos ojos. Desvié mi vista con los labios fruncidos con el afán de taparle el paso a una risa que quería estallar a toda costa. La situación más bien me avergonzaba hasta un punto inimaginable, pero mi cuerpo siempre reaccionaba como si todo le hiciese gracia. No pude contenerme más, y reí levemente, fingiendo lo chistoso que me había resultado el caminar de equis estudiante. Que falso, pensé con ironía. Miré a Emily, aún con esa mueca que se te queda cuando te han contado un buen chiste.
- "Bueno, vaamos" - canturré como si nos dirigiésemos a una gran aventura de las que pocos tienen suerte de realizar. Apreté ligeramente su mano en un gesto de firmeza.
Caminé rápido y decidido, ignorando al máximo las miradas casi depredadoras de los estudiantes. Al menos no les daría el tiempo de analizar nuestras caras, las cuales les darían datos suficientes para que comenzaran a cuchillear e inventar rumores absurdos que no tardarían en expandirse como una tóxica enfermedad. Y era lo más probable, ya que nadie era demasiado despistado como para no percatarse del irónico hecho; una Sly y un Gry tomados de la mano como viejos amigos... u otra cosa. Sonreí. Un grupo de estudiantes nos miraron con un recelo que me cohibió por momentos. "Siempre la cabeza en alto", me recordé como si intentara desatar el nudo ciego que se había formado en mi interior. Emily iba por detrás, ya que yo tenía que ir indicando el camino correcto. Mi paso se acomodó al de ella con facilidad, no quería que se agitara por mi causa.
Subimos y subimos escaleras hasta que nuestro recorrido llegó a su fin. Ralentice mi paso, nos hallábamos lejos de los rostros curiosos, no era necesario apresurarse. El pasillo estaba solitario, y se respiraba tanta tranquilidad que nuestras respiraciones aceleradas se escuchaban con violencia en aquel silencio. La miré detenidamente a los ojos, por primera vez desde que habíamos partido.
-Llegamos- exclamé en un suspiro y una sonrisa traviesa- caminé aún más lentamente, analizando el lugar exacto en donde se suponía, debía estar la puerta de acceso. Piensa en algo... me pedí. Puesto que para entrar, algo tendría que necesitar. Nuestras manos seguían cálidamente unidas, y ya no me parecía extraño o bochornoso. Tampoco quería que me soltara, claro que no. Una mueca agrietada y confusa se dibujó con discreción en mi rostro, era extraño sentir ésta especie de comodidad con alguien que apenas conocía... y más si ese alguien es una linda e intimidante Slytherin.
Cooper Campbell- ~Prefecto G.~
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Fecha de inscripción : 06/06/2010
Re: Necesidad (Emily)
Comenzamos a caminar rápidamente por los pasillos del colegio, escaleras y más escaleras, por un momento creí que estábamos dando vueltas en círculos pero los rostros de los estudiantes que nos observaban curiosos, me percataban de que íbamos avanzando, ya que todos eran distintos. Como si camináramos con una luz roja intermitente sobre la cabeza, todas las miradas se dirigían a nosotros ¿Era tan extraño ver a una Slytherin y a un…? Si, completamente. Mis mejillas se tiñeron de un intenso color carmín que resaltaba en mi clara piel, no era él lo que me cohibía si no que la situación era bastante vergonzosa. Lancé miradas asesinas a todos ellos que nos fulminaban con la mirada, no había nada que observar en Campbell y yo, solo era una situación predeterminada. Rápidamente llegamos al último piso en donde bajamos la velocidad, avancé más lentamente observándole la espalda a Cooper en todo momento. Apuré mi paso y me coloqué a su lado, sin embargo el viaje se acabó más rápido de lo que pensaba. Por fin su mirada se dirigió a mis pupilas que esperaban impacientes, mi observó y yo le devolví la mirada pasmada. Sabía con exactitud que en mi rostro había un signo de interrogación grabado en toda su área. ¿Cómo habíamos llegado si no había absolutamente nada? Entrecerré los ojos mirándolo con recelo – ¿Qué? –Me detuve en seco impidiendo que él avanzase. Dio un paso, más nuestras manos impidió que él se alejase de mi. ¿Me estaba haciendo una broma?
- ¡No me parece gracioso! No estoy para bromas Campbell - Exclamé elevando la voz con evidente molestia mientras mi mano se aferraba a la suya con fuerza, una fuerza descontrolada, tiré de él para que se diese vuelta y pudiese obsérvale el rostro sonriente que seguramente tenía. Lamentablemente para él o para mí, dependiendo del punto de vista en que se vea, mi fuerza no había sido medida y tiré de él con mayor ímpetu de lo que creí posible. Oh, oh. Cerré los ojos de golpe agachando un poco la cabeza para no ver el impacto que se generaría.
- ¡No me parece gracioso! No estoy para bromas Campbell - Exclamé elevando la voz con evidente molestia mientras mi mano se aferraba a la suya con fuerza, una fuerza descontrolada, tiré de él para que se diese vuelta y pudiese obsérvale el rostro sonriente que seguramente tenía. Lamentablemente para él o para mí, dependiendo del punto de vista en que se vea, mi fuerza no había sido medida y tiré de él con mayor ímpetu de lo que creí posible. Oh, oh. Cerré los ojos de golpe agachando un poco la cabeza para no ver el impacto que se generaría.
Emily Greyback- ~Prefecta S.~
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Fecha de inscripción : 01/06/2010
Re: Necesidad (Emily)
-Dame un segundo, por favor...- pedí con naturalidad mientras daba un paso que fue detenido, fruncí los labios tratando de ignorar aquella actitud. Emily no me podría hacer un berrinche justo ahora. ¿Tan poca paciencia tenía?. La miré por unos segundos y ví desconcierto, era justificable, pero ni siquiera llevamos cinco minutos ahí. Luego desvié mis ojos a las murallas.
Pensé en un sinfín de cosas que podría necesitar o querer, pero una fuerte presión en mi mano interrumpió mis propósitos. ¿Me la quería arrancar o que?. Torcí el gesto sintiendo el enojo en sus palabras, pero... no le podía decir que me proponía o ya no sería sorpresa ¿no?.
-Sólo espe...- susurré a medias, ya que un brusco tirón me sacó de todo cuadro de razonamiento. ¡¿Pero que diablos?!. La fuerza que había empleado provocó que mi cuerpo se volteara instantáneamente, con la facilidad que se maneja a un muñeco de trapo. Las cosas pasaron en segundos. Toda mi contextura se estampo contra la de ella, intenté frenar mis pies pero éstos avanzaban con incontrolable frenesí. Comenzamos a trastabillar rápidamente hacia atrás, como si yo fuera una especie de bola que arrasa con todo a su paso. En éste caso, arrastraba a Emily conmigo. Mis brazos se ciñeron a su cuerpo en una especie de abrazo, lo que era un acto completamente inconsciente. Hasta que caímos. Aferré instintivamente las manos en su espalda para que el impacto no fuera tan grave, y por consiguiente, caí de rodillas con el cuerpo de Emily bajo el mío, pero salvado por mis brazos dolorosamente aplastados. Algo en mí agradeció que la chica no fuera tan pesada. Nos quedamos un lapso de tiempo en silencio, yo aún mantenía esa especie de posición de perrito sobre el cuerpo de ella. La dureza del suelo me provocó un intenso dolor en las rodillas, a causa del prepotente impacto. Miré a Emily abriendo los ojos más de lo normal, desconcertado al máximo. La tenía muy cerca y creí distinguir cada detalle de su rostro, ésta pequeña distracción fué lo único que acentuó mi cólera. Mis antebrazos seguían apresados bajo su menudo cuerpo de muñeca. Bufé con molestia y cierto alivio. -Me debes otra...- sonreí a medias, recordando como habíamos impactado en la biblioteca. Su cercanía revoloteaba en mi cabeza impidiéndome reaccionar como era debido. Miré hacia otra parte.
-Y no es una broma, me pediste que te llevara a un lugar secreto... pues bien, eso hago- susurré rápidamente, sin saber como utilizar mi tono, si enojarme o simplemente sonreír. - o eso intentaba...- resoplé con ironía. Saqué con cuidado mis manos debajo de su espalda y me senté a su lado, sobando furtivamente mis rodillas doloridas. Luego apoyé las palmas de mis mano hacia atrás, en el frío suelo. Y ahí me quedé, con la mirada perdida, a la espera de de que el mal momento se disipara, junto con mi tenso humor que comenzaba a tomar mal rumbo.
Pensé en un sinfín de cosas que podría necesitar o querer, pero una fuerte presión en mi mano interrumpió mis propósitos. ¿Me la quería arrancar o que?. Torcí el gesto sintiendo el enojo en sus palabras, pero... no le podía decir que me proponía o ya no sería sorpresa ¿no?.
-Sólo espe...- susurré a medias, ya que un brusco tirón me sacó de todo cuadro de razonamiento. ¡¿Pero que diablos?!. La fuerza que había empleado provocó que mi cuerpo se volteara instantáneamente, con la facilidad que se maneja a un muñeco de trapo. Las cosas pasaron en segundos. Toda mi contextura se estampo contra la de ella, intenté frenar mis pies pero éstos avanzaban con incontrolable frenesí. Comenzamos a trastabillar rápidamente hacia atrás, como si yo fuera una especie de bola que arrasa con todo a su paso. En éste caso, arrastraba a Emily conmigo. Mis brazos se ciñeron a su cuerpo en una especie de abrazo, lo que era un acto completamente inconsciente. Hasta que caímos. Aferré instintivamente las manos en su espalda para que el impacto no fuera tan grave, y por consiguiente, caí de rodillas con el cuerpo de Emily bajo el mío, pero salvado por mis brazos dolorosamente aplastados. Algo en mí agradeció que la chica no fuera tan pesada. Nos quedamos un lapso de tiempo en silencio, yo aún mantenía esa especie de posición de perrito sobre el cuerpo de ella. La dureza del suelo me provocó un intenso dolor en las rodillas, a causa del prepotente impacto. Miré a Emily abriendo los ojos más de lo normal, desconcertado al máximo. La tenía muy cerca y creí distinguir cada detalle de su rostro, ésta pequeña distracción fué lo único que acentuó mi cólera. Mis antebrazos seguían apresados bajo su menudo cuerpo de muñeca. Bufé con molestia y cierto alivio. -Me debes otra...- sonreí a medias, recordando como habíamos impactado en la biblioteca. Su cercanía revoloteaba en mi cabeza impidiéndome reaccionar como era debido. Miré hacia otra parte.
-Y no es una broma, me pediste que te llevara a un lugar secreto... pues bien, eso hago- susurré rápidamente, sin saber como utilizar mi tono, si enojarme o simplemente sonreír. - o eso intentaba...- resoplé con ironía. Saqué con cuidado mis manos debajo de su espalda y me senté a su lado, sobando furtivamente mis rodillas doloridas. Luego apoyé las palmas de mis mano hacia atrás, en el frío suelo. Y ahí me quedé, con la mirada perdida, a la espera de de que el mal momento se disipara, junto con mi tenso humor que comenzaba a tomar mal rumbo.
Cooper Campbell- ~Prefecto G.~
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Fecha de inscripción : 06/06/2010
Re: Necesidad (Emily)
Cerré los ojos esperando el impacto que no podría evitar, sin embargo las cosas no sucedieron como mi mente en pocos segundos lo había imaginado. El cuerpo de Cooper de acercó al mío con brusquedad y él en un acto de supervivencia se aferró a mi cuerpo con presión, sus brazos envolvieron mi cuerpo mientras daba un paso hacia atrás guiada por la fuerza del impacto. Me parecía casi imposible que yo hubiese provocado todo eso con la fuerza de una de uno de mis brazos o lo débil e inestable que podía ser el gatito que tenía delante de mí. Todo sucedía en cámara lenta hasta que caímos, sin embargo el impacto final nunca llego ya que sus brazos y rodillas amortiguaron la caída. Abrí los ojos lentamente encontrándome con el rostro de Campbell a unos centímetros del mío, mi mirada inconscientemente se clavó en la suya como si rebuscara en un mar de confusión, una luz que me indicase que era lo que pasaba en ese momento por su cabeza. Bufó y lo miré alzando una ceja, solo había sido un minúsculo error que cualquiera podría cometer ¿no? No había para que exagerar. Me limité a encogerme de hombro ante sus primeras palabras, me daba exactamente lo mismo si le debía mil o nada.
Seguí su mirada que se clavó en la pared unos segundos, en la posición en que estábamos parecíamos una estatuas o unos chicos petrificados. No me moví ni un milímetro desde que habíamos terminado de esa manera hasta que Cooper sacó lentamente los brazos que afirmaban el suelo tras mi espalda. Me levanté un poco cuando él se fue y me senté sacudiendo mi uniforme que había quedado lleno de polvo gris. Lo observé de reojo y noté como se sobaba sus rodillas que habían sido golpeadas por mi arrebato de infantilismo. Fruncí los labios hacia un costado pensando en lo que acababa de decir ¿Un lugar secreto en un pasillo donde no hay absolutamente nada? Tenía bastante sentido. Clave mi mirada en el suelo mientras mi mano jugaba distraídamente con un mechón de mi cabello, no sabía que decir con exactitud. Me sentía como una pequeña arrepentida de una travesura, aunque no era ni pequeña ni había realizado una travesura. Di un suave suspiro y miré mi rostro totalmente hacia mi acompañante, sin pensarlo demasiado y en forma de arrepentimiento, acerqué mi rostro al suyo y bese fugazmente su mejilla. En cosa de un segundo, ya estaba en mi posición original - ¿Entonces…A donde vamos? – Pregunté como si no hubiese sucedido nada. Le sonreí minimamente mientras me ponía rápidamente de pie. Volví a sacudir mi uniforme y estiré una de mis manos hacia él que aun permanecía sentado en el suelo, como si lo hubiesen petrificado en aquella posición. Agité mi mano que estaba estirada hacia él esperando que la tomase y se colocara de pie.
Seguí su mirada que se clavó en la pared unos segundos, en la posición en que estábamos parecíamos una estatuas o unos chicos petrificados. No me moví ni un milímetro desde que habíamos terminado de esa manera hasta que Cooper sacó lentamente los brazos que afirmaban el suelo tras mi espalda. Me levanté un poco cuando él se fue y me senté sacudiendo mi uniforme que había quedado lleno de polvo gris. Lo observé de reojo y noté como se sobaba sus rodillas que habían sido golpeadas por mi arrebato de infantilismo. Fruncí los labios hacia un costado pensando en lo que acababa de decir ¿Un lugar secreto en un pasillo donde no hay absolutamente nada? Tenía bastante sentido. Clave mi mirada en el suelo mientras mi mano jugaba distraídamente con un mechón de mi cabello, no sabía que decir con exactitud. Me sentía como una pequeña arrepentida de una travesura, aunque no era ni pequeña ni había realizado una travesura. Di un suave suspiro y miré mi rostro totalmente hacia mi acompañante, sin pensarlo demasiado y en forma de arrepentimiento, acerqué mi rostro al suyo y bese fugazmente su mejilla. En cosa de un segundo, ya estaba en mi posición original - ¿Entonces…A donde vamos? – Pregunté como si no hubiese sucedido nada. Le sonreí minimamente mientras me ponía rápidamente de pie. Volví a sacudir mi uniforme y estiré una de mis manos hacia él que aun permanecía sentado en el suelo, como si lo hubiesen petrificado en aquella posición. Agité mi mano que estaba estirada hacia él esperando que la tomase y se colocara de pie.
Emily Greyback- ~Prefecta S.~
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Fecha de inscripción : 01/06/2010
Re: Necesidad (Emily)
Sí antes me parecía extraña ahora lo era más. Observé con cautela como se acercaba, lo que ella hiciera ahora me tenía si cuidado. Más al sentir algo cálido en mi mejilla provocó que en mi interior se generara un torbellino de insoportables colores. ¿Y eso...?. Quedé estático, con los repentinos labios de Emily aún grabados en mi mejilla en un suave cosquilleo, mientras que mi en mi mente seguía revoloteando su viva imagen despreocupada con la que realizaba el acto, como si fuera lo más cotidiano que pudiese existir. Mis labios se torcieron en una sonrisa confusa, apenas había sido consiente de su mano que se extendía hacia mi.
Cogí su mano sin antes alzar una ceja irónica a su dirección.
-El lugar es aquí... ten paciencia, Merlín- insinué, mirándola entrecerradamente. Me disponía a pensar algo, más me giré- Por cierto deberías hacer eso más seguido... ya sabes, es... lindo- o tierno, recité con inocencia, curvando los labios hacia un costado. De repente algo me golpeó avasallante, el recuerdo de mis padres volvió como un borroso Deja bu. ¿Pero... que recuerdo?. No tenía ningún recuerdo lo necesariamente nítido de ellos que pudiera contar como una anécdota. Fruncí los labios... eso quería, quería verlos, o tener pruebas de que en realidad habían sido asesinados... lo quería por primera vez en mi vida. Explicaciones fuertes, ya no me bastaban sólo las vagas historias de mamá ni las burdas especulaciones que abundaban en boca de gente que ni siquiera conocía. Necesitaba más, la verdad. Apreté inconscientemente la mano de Emily mientras me esforzaría por querer aquello. Entonces una puerta comenzó a crearse justo delante de nosotros. Sonreí medio complacido, no me había equivocado esta vez. ¿Pero que se suponía que debía haber adentro?. Me mordí el labio con intriga y cierto temor. Ésta puerta de ofrecía todo lo que creía que necesitabas de verdad. ¿Acaso habría notado mi desesperacion?. Suspiré, nervioso, la presencia de la chica a mi lado comenzaba a desaparecer. Caminé hasta la puerta sin titubear y la abrí con un ligero temblor la mano. Tragué.
Oscuridad.
Sólo una luz siniestra luz que provenía de una especie de fuente se hacia como visible. Frunci el entrecejo y miré a mi costado, con el rostro de Emily débilmente iluminado por aquella luz.
-Bienvenida a la Sala de los Menesteres- pronuncié sin emoción, estaba demasiado tenso y concentrado en lo que escondiera aquella fuente. - Aparece sólo cuando necesitas algo... lo que sea- añadí en un suspiro, volviendo a escrutar la luz que se reflejaba en el techo, realizando suaves danzas de aquí para allá. ¿Tenía agua?. Aferré ligeramente la mano de Emily, como si necesitase protección o alguna especie de ayuda. Me sentía tan indefenso ante algo desconocido que me prometía todas las respuestas. Lo peor, es que una parte de mi sabía que, lo que pasara a continuación, no sería bueno. -Pensé en mis padres, en... -hice una corta pausa, no quería sonar muy dramático- en como murieron- concluí con una gran sensación amarga fluyendo por cada una de mis palabras. No importaba que Emily se riera, o simplemente se fuera. Estaba en su derecho. Aunque claro, mi súbita seriedad y la casi nula emoción que expresaba mi rostro debería de estar agradándole.
(off: se supone que esa "cosa" es un pensadero XD y wiii volviste ... sorry por no responder, tenía esto listo para postearlo cuando llegaras n___n!)
Cogí su mano sin antes alzar una ceja irónica a su dirección.
-El lugar es aquí... ten paciencia, Merlín- insinué, mirándola entrecerradamente. Me disponía a pensar algo, más me giré- Por cierto deberías hacer eso más seguido... ya sabes, es... lindo- o tierno, recité con inocencia, curvando los labios hacia un costado. De repente algo me golpeó avasallante, el recuerdo de mis padres volvió como un borroso Deja bu. ¿Pero... que recuerdo?. No tenía ningún recuerdo lo necesariamente nítido de ellos que pudiera contar como una anécdota. Fruncí los labios... eso quería, quería verlos, o tener pruebas de que en realidad habían sido asesinados... lo quería por primera vez en mi vida. Explicaciones fuertes, ya no me bastaban sólo las vagas historias de mamá ni las burdas especulaciones que abundaban en boca de gente que ni siquiera conocía. Necesitaba más, la verdad. Apreté inconscientemente la mano de Emily mientras me esforzaría por querer aquello. Entonces una puerta comenzó a crearse justo delante de nosotros. Sonreí medio complacido, no me había equivocado esta vez. ¿Pero que se suponía que debía haber adentro?. Me mordí el labio con intriga y cierto temor. Ésta puerta de ofrecía todo lo que creía que necesitabas de verdad. ¿Acaso habría notado mi desesperacion?. Suspiré, nervioso, la presencia de la chica a mi lado comenzaba a desaparecer. Caminé hasta la puerta sin titubear y la abrí con un ligero temblor la mano. Tragué.
Oscuridad.
Sólo una luz siniestra luz que provenía de una especie de fuente se hacia como visible. Frunci el entrecejo y miré a mi costado, con el rostro de Emily débilmente iluminado por aquella luz.
-Bienvenida a la Sala de los Menesteres- pronuncié sin emoción, estaba demasiado tenso y concentrado en lo que escondiera aquella fuente. - Aparece sólo cuando necesitas algo... lo que sea- añadí en un suspiro, volviendo a escrutar la luz que se reflejaba en el techo, realizando suaves danzas de aquí para allá. ¿Tenía agua?. Aferré ligeramente la mano de Emily, como si necesitase protección o alguna especie de ayuda. Me sentía tan indefenso ante algo desconocido que me prometía todas las respuestas. Lo peor, es que una parte de mi sabía que, lo que pasara a continuación, no sería bueno. -Pensé en mis padres, en... -hice una corta pausa, no quería sonar muy dramático- en como murieron- concluí con una gran sensación amarga fluyendo por cada una de mis palabras. No importaba que Emily se riera, o simplemente se fuera. Estaba en su derecho. Aunque claro, mi súbita seriedad y la casi nula emoción que expresaba mi rostro debería de estar agradándole.
(off: se supone que esa "cosa" es un pensadero XD y wiii volviste ... sorry por no responder, tenía esto listo para postearlo cuando llegaras n___n!)
Cooper Campbell- ~Prefecto G.~
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Fecha de inscripción : 06/06/2010
Re: Necesidad (Emily)
Moví la mano como si fuese un pez fuera del agua hasta que su mano tibia envolvió la mía nuevamente. Lo observé cuando giró para mirarme mientras asentía con un suave movimiento de mi cabeza, debía mentalizarme a ser más paciente y menos arrebatada. ¿Hacer… eso… más seguido? Desvié la mirada hacia otro lado, ese adjetivo no se relacionaba conmigo, la ternura estaba a años luz de distancia de mí. Sin embargo aquel extraño momento pasó desapercibido cuando Cooper comenzó a caminar en dirección hacia donde nos encontrábamos hace unos segundos. Lo seguí sin decir una palabra, aun daba vueltas en mi mente aquella palabra que me dejo totalmente intranquila. Estaba tan absorta en mis pensamientos que pasé por alto el hecho de que pasásemos tres veces por el mismo lugar sin sentido alguno. Sentí como su mano se aferraba a la mía como si buscase seguridad, protección, apoyo que sentí, solo yo podía otorgarle. Tragué nerviosa, su actitud había cambiado notablemente y no entendía por qué, quise leer su mente pero para eso debía sacar mi varita y no quise descontrolarme nuevamente.
Una puerta apareció de la nada y la quedé mirando con extrema curiosidad, me dejé guiar por Cooper y sus pasos, cosa que en segundos ya estábamos dentro de aquel misterioso lugar. Un golpe de oscuridad me pegó de frente con brusquedad, cerré la puerta una vez que estuvimos dentro dejándome envolver por la negrura, no obstante un brillo me hizo cerrar los ojos de golpe para luego abrirlos lentamente.
La bienvenida de mi acompañante fue seca e inexpresiva, algo extraño en él. Me mordí el labio inferior mientras esta vez yo apretaba su mano con fuerza, estaba ahí a su lado y no quería que lo olvidara, dejándome en segundo plano por lo que fuese que pasase por su mente. No entendía nada y tenía tantas dudas que se atemorizaron a escapar de mis labios, la situación era extraña, eso no se podía negar y a pesar de mi costumbre por las situaciones incómodas, esta había sobrepasado los límites. Había un trasfondo que no conocía y me intrigaba por saber. Volví a sentir como su mano se aferraba a la mía y sonreí, me sentía como si él fuese un niño pequeño y yo una adulta dispuesta a otorgarle lo que necesitase. Bien, era extraño que estuviese tan tranquila en una situación tan difusa como la que estábamos viviendo, pero lo que se sentía en aquel lugar me hacía no querer interrumpir. Mis labios se encontraban sellados tanto así que al escuchar sus últimas palabras solo asentí con la cabeza, era un hecho que no podía ver aquel gesto ya que yo me encontraba tras de él, pero no quise, no pude hacer algo más. ¿Qué podía decirle? Me encontraba tan inmersa en aquella escena que sentía que era una extraña interrumpiendo el lugar. Lo acababa de conocer ¿Qué más podía expresarle?
Salí de donde me encontraba colocándome a su lado, mi mirada se clavó en la fuente brillante que se encontraba en medio del lugar. Me dejaba guiar por sus pasos pero esta vez fui yo la que me encaminé a aquel. Jalé de él arrastrando su cuerpo conmigo y me detuve cuando mi cuerpo chocó con la vasija de piedra poco profunda, con runas y otros símbolos alrededor del borde. No sabía con exactitud lo que era aquel elemento aunque claramente no era algo común, parecía agua pero brillaba y se movía constantemente, era una luz plateada, de color blanco brillante. Mi mano libre se alzó lentamente y mi dedo índice curioso se acercó a la superficie, lo hundí solo un poco para tocar lo que había en el interior. Lo que sucedió a continuación fue algo que a simple vista no pude entender…
Una puerta apareció de la nada y la quedé mirando con extrema curiosidad, me dejé guiar por Cooper y sus pasos, cosa que en segundos ya estábamos dentro de aquel misterioso lugar. Un golpe de oscuridad me pegó de frente con brusquedad, cerré la puerta una vez que estuvimos dentro dejándome envolver por la negrura, no obstante un brillo me hizo cerrar los ojos de golpe para luego abrirlos lentamente.
La bienvenida de mi acompañante fue seca e inexpresiva, algo extraño en él. Me mordí el labio inferior mientras esta vez yo apretaba su mano con fuerza, estaba ahí a su lado y no quería que lo olvidara, dejándome en segundo plano por lo que fuese que pasase por su mente. No entendía nada y tenía tantas dudas que se atemorizaron a escapar de mis labios, la situación era extraña, eso no se podía negar y a pesar de mi costumbre por las situaciones incómodas, esta había sobrepasado los límites. Había un trasfondo que no conocía y me intrigaba por saber. Volví a sentir como su mano se aferraba a la mía y sonreí, me sentía como si él fuese un niño pequeño y yo una adulta dispuesta a otorgarle lo que necesitase. Bien, era extraño que estuviese tan tranquila en una situación tan difusa como la que estábamos viviendo, pero lo que se sentía en aquel lugar me hacía no querer interrumpir. Mis labios se encontraban sellados tanto así que al escuchar sus últimas palabras solo asentí con la cabeza, era un hecho que no podía ver aquel gesto ya que yo me encontraba tras de él, pero no quise, no pude hacer algo más. ¿Qué podía decirle? Me encontraba tan inmersa en aquella escena que sentía que era una extraña interrumpiendo el lugar. Lo acababa de conocer ¿Qué más podía expresarle?
Salí de donde me encontraba colocándome a su lado, mi mirada se clavó en la fuente brillante que se encontraba en medio del lugar. Me dejaba guiar por sus pasos pero esta vez fui yo la que me encaminé a aquel. Jalé de él arrastrando su cuerpo conmigo y me detuve cuando mi cuerpo chocó con la vasija de piedra poco profunda, con runas y otros símbolos alrededor del borde. No sabía con exactitud lo que era aquel elemento aunque claramente no era algo común, parecía agua pero brillaba y se movía constantemente, era una luz plateada, de color blanco brillante. Mi mano libre se alzó lentamente y mi dedo índice curioso se acercó a la superficie, lo hundí solo un poco para tocar lo que había en el interior. Lo que sucedió a continuación fue algo que a simple vista no pude entender…
Emily Greyback- ~Prefecta S.~
- Mensajes : 723
Fecha de inscripción : 01/06/2010
Re: Necesidad (Emily)
El silencio y la tranquilidad con la que Emily había reaccionado, más la débil luz que proyectaba aquella fuente apaciguaron mi espíritu. Sentí que la atmósfera se detenía, ya no tenía miedo, solo una gran sensación anhelante creciendo en mi estomago. La mano de Emily era cálida y sin malicia, ella estaba logrando infectarme de una confianza poco común y razonable. Suspiré, una parte de mi seguía irrefutable al hecho de averiguar lo que siempre había oído nada más como un simple cuento de terror, pero otra parte más mayoritaria estaba anegada en un deseo ferviente, una sed implacable que sólo ese misterioso objeto prometía saciar con eficacia. Dejé que mis pies siguieran el andar de Emily, después de todo... sabía que, de alguna u otra forma, esperaba a que la chica a mi lado diera ese paso que yo no me atrevía a dar. Gracias... quise decirle, más callé por miedo a romper el hilo de sus pensamientos. Los dos parecíamos estar en una especie de trance, ella se veía tan tranquila y distinta que observarla fue una dulce distracción. Me detuve en cuanto Emily llegó a la fuente. Fruncí el seño al ver el liquido-gas que sondeaba con elegancia, desplegando inocentes destellos plateados. Era mágico por donde se le mirase. Busqué con intriga el rostro de la chica, y ví como la onda de luz se reflejaba con fulgor en el misterios de sus ojos grises. Sonreí de lado, solo por el aspecto de ángel que ésto le daba. Bajé la vista y mi cuerpo se alteró instantáneamente al ver como su mano se intruducía en la sustancia. Ya que por más que eso tuviera aspecto de total inocencia, podía bien ser maligno y dañino. Mis labios se entreabrieron con afán de replicar, pero las palabras se ahogaron mientras caía en la cuenta de que ella sabía lo que hacia, en realidad. Un Slytherin no es tonto, la mayoría sabe como manejarse y Emily desplegaba toda la aura necesaria para confiar en sus movimientos. ¿Y ahora... qué? pensé con desilusión, ya que no creía que un jarro con agua pudiera servirme de gran ayuda. Y al parecer, alguien me leyó el pensamiento. Lo que pasó a continuación fue extraordinario, algo que superó todos los limites de lo que yo creía imposible. Sentí que algo me tragaba, o que al menos yo me intruducía en algo nuevo, ajeno. Primero, la sensación de descender rápidamente, como si estuviera cayendo del cielo y nadie pudiera detener mi trágica trayectoria. Pero era más, algo inexplicable... no sentía miedo a estrellarme, simplemente era la... nada, estar en la nada. Mi mano se aferró con fuerza brutal a la de Emily, si bien no sabía que ella estaba a mi lado, aún podía sentir la calidez de su piel atada a la mía. No quería soltarla, no...y que se perdiera en esta dimensión desconocida donde ambos eramos presos. Cerré los ojos mientras lentamente voces empezaban a agolparse en mis oídos de forma abusadora y trágica... era trágico y bien, no sabía porque. Después, el extraño escenario se armó, primero como una borrosa imagen sin color. Mis pies tocaron suelo, o al menos tierra firme. ¿Que había sido eso?, ¿donde estábamos?. Tenía tantas preguntas que hacer que me sentía seriamente atorado, pero hubo algo más que captó mi atención imposibilitando toda exclamación de mi boca. Sólo eche un breve vistazo a mi costado para comprobar el estado de Emily. Y ahora lo más raro. 'Estábamos', al parecer en un callejón, era de noche... y dos personas encapuchadas conversaban en murmullos. Mi corazón se disparó junto con mi respiración... esos eran... mortífagos, sí. Saqué mi varita al instante y arrastré a Emily detrás de un basurero. La escena me era vagamente familiar, desde los tipos hasta la calle... algo me hacía... recordarlo. Me mordí el labio, los encapuchados seguían conversando. -Ok, ésto es... muy raro- le susurré con emoción a Emily a muy poca distancia, pero la adrenalina que recorría mis cuerpo impedía que aquello me cohibiera. -A ellos... los conozco, estoy seguro...- apunté hacia los mortífagos mientras asomaba cuidadosamente la cabeza y visualizaba a los extraños. De repente, otro individuó más apareció a nuestro costado. -¡Usted! quie-n... es- exclamé con sorpresa, pero no por la repentina presencia del hombre. Si no porque mi varita alzada le atravesó el pecho así, sin más. Abrí la boca sin poder creerlo, el hombre... barbón y viejo, seguía moviendose y observando a hurtadillas a los mortífagos de más allá. Me alejé de él como en cámara lenta, la boca abierta y los ojos exageradamente abiertos. Él nisiquiera parecía haber notado nuestra presencia ahí, seguía arrodillado, escondido, alerta a algún indicio de peligro... al igual que nosotros. Le dirigí a Emily una mirada de extrema confusión. -He, tú...- llamé al hombre con voz firme. Sin embargo, éste no se alteró de ninguna forma, incluso un perro que pasó a lo lejos logró asustarlo. ¿Pero por qué?, ¿acaso estábamos muertos? ¿era el precio a pagar por querer ver a mis padres?. Mis pensamientos comenzaron a fluir inagotables, pero estaba demasiado aturdido para ordenarlos con claridad. Respiré profundo... y luego, pasé repetidas veces mi varita por en frente del individuo. Nada, ni un pestañeo... como si fuera una brisa más, una partícula en el aire. De repente, el hombre se paró y comenzó a caminar. Seguí su recorrido y ví que los mortífagos ya no estaban. Me alteré, teníamos que seguirlos, era lo único que nos quedaba por hacer.
(off: tuve que cortarlo XDD perdón la tardanza pequeña, tuve un percance T_T)
(off: tuve que cortarlo XDD perdón la tardanza pequeña, tuve un percance T_T)
Cooper Campbell- ~Prefecto G.~
- Mensajes : 643
Fecha de inscripción : 06/06/2010
Re: Necesidad (Emily)
El corazón me dio un vuelco cuando sentí que el firme suelo que sustentaba mis pies desaparecía sin mayor explicación. Un nudo me apretó la garganta mientras una extraña presión me envolvió con rapidez, fue ahí donde recordé que odiaba los lugares cerrados y que aquella extraña neblina en la cual flotábamos me asfixiaba lentamente. Mi mano se mantenía aferrada a Cooper como si fuese lo único que me mantuviese viva y bueno, eso era lo que sentía. No me hubiese extrañado que mis uñas hubiesen quedado grabas en su blanca piel, pero no tuve la curiosidad necesaria para averiguar si mi deducción era correcta o no. Cuando creí que llegábamos al momento culmine de aquella extraña sensación en donde creí no iba a sobrevivir sana y salva, mis pies volvieron a tocar tierra firme mientras de forma suave y lenta se fue iluminando el lugar. No demasiado porque al parecer era de noche. Mi mente era un universo confuso y desorientado, donde quiera que estuviésemos era fuera de Hogwarts eso era un hecho. Me mordí el labio inferior mirando la escena, perdiendo mi vista en cada uno de los detalles que a simple vista no era factible de apreciar. Primero que todo, la luna brilla sobre nuestras cabezas con una tenue luz que irradiaba misterio, es decir, era aproximadamente media noche. A la vez estábamos en Londres, era factible de descubrir por el estilo de las construcciones que nos rodeaban. Por ultimo y por lo tanto, lo más importante, esos dos tipos que murmuraban a unos metros de nosotros se me hacían totalmente familiares. Oh no, eran más que eso, yo los conocía y a la perfección.
Giré mi rostro luego de unos segundos para observar la expresión de Cooper pero me llevé una no muy grata sorpresa. Desde un lugar que yo aun no conocía, mi acompañante sacó fuerza para arrastrarme a su lado hacia un rincón de aquel oscuro callejón. La emoción con que brillaba su mirada me hizo sonreír, se veía demasiado tierno en una situación de aventura como la que estábamos viviendo. Me mordí la lengua para no interrumpir en su juego ya que a esos dos yo los conocía muy bien y era solo necesario que me vieran para que nos ayudaran a volver a Hogwarts, mientras que nos explicaran donde estábamos.
Debía aceptar que cuando noté que un hombre nos acompañaba mi corazón dio un salto de tal manera que creí se me escaparía por la boca, pero por suerte eso no ocurrió. Me mantenía al lado de Cooper observando todos sus movimientos con extrema precaución, no obstante al notar como su varita atravesaba el pecho de nuestro acompañante como si este estuviese generado por partículas de nada, mi mandíbula se fue hacía abajo como si no pudiese con la gravedad mientras mi rostro se teñía de un intenso color blanquecino. ¿Qué diablos estaba pasando? Lo primero que llegó a mi mente fue la idea de que estábamos muertos ¿Qué más podría a ver pasado? No entendía nada y odiaba no saber lo que ocurría, detestaba no tener el control de la situación por lo que tendría que averiguar lo que estaba sucediendo y lo tenía que hacer en ese preciso instante. El hombre se puso de pie y yo lo imité de un salto, los encapuchados no me harían nada así que no había riesgos que correr. Jalé de mi mano para que Cooper se pusiese de pie también y con paso rápido comencé a seguir al hombre que hace unos momentos estaba a nuestro lado. Frené en seco cuando descubrí que el par de hombres, ya no estaba. – Yo… yo se lo que está pasando – Murmuré suavemente mirando siempre hacia el frente. No quería encontrarme con miradas acusadoras y que pidieran explicaciones.
Avanzamos unos metros, tal vez un poco más, cosa de la cual no me percaté, solo me dedicaba a mover mis pies con rapidez y a sujetar a Cooper con fuerza. Avanzábamos por un costado de la calle observando de vez en cuando nuestras espaldas para asegurarnos de que todo seguía exactamente igual. No dije nada más en todo aquel momento porque un nudo que me apretaba el pecho no me dejaba volver a la tranquilidad que me caracterizaba. Esos dos habían desaparecido transformándose en polvo fluorescente que rápidamente borró su rastro ¿Quién más que mortífagos hacían eso? Pues nadie más obviamente. El silencio nos abrazó con rudeza, cosa que me dejó totalmente intranquila. Yo ya había estado en una situación parecida antes, haces años, cuando papá y Fenrir me enseñaron lo que debía hacer para luchar por la pureza de la sangre en contra de todos esos impuros que traicionaban nuestra verdad. ¡Merlin! Oí un aullido que me erizó la piel, haciéndome darme cuenta de que lo que presentía era una total realidad. Aquel sonido desgarrador que escapaba del pecho de aquel emisor, aquel personaje que había expresado su agresividad a todo pulmón era nada más y nada menos que Fenrir, mi tío. Desde que tenía conciencia lo había escuchado y era totalmente incomparable, su cólera era imposible de igualar.
Una ráfaga de viento nos golpeó de frente haciendo que mis pies se clavasen en el suelo al igual que el hombre que seguíamos. El tiempo se detuvo como si nos hubiesen sacado una fotografía, mi cuerpo comenzó a temblar y entrecerré los ojos para no ver en primera fila lo que iba a suceder. Los colores fluorescentes volvieron a aparecer en un suave torbellino que trajo consigo a tres manchas oscuras dentro de nuestra misteriosa fotografía que imaginaba en blanco y negro. Si antes mi rostro se había desconfigurado al notar que aquel hombre parecía un fantasma, ahora mi rostro se había transformado en nada al ver a la persona que se había llegado. Mis ojos se abrieron de par en par y una amplia sonrisa se grabó en mis labios. Tiré de Cooper mientras mis pies avanzaban con euforia hacia donde estaban aquellos tres encapuchados, sin embargo mi manó soltó la suya a mitad de camino dejándolo a mitad de camino. Corrí hasta toparme frente a frente con un hombre que no estaba con anterioridad, era una persona alta y corpulenta, de tez blanca y cabellos claros. Una mirada impenétrante y para ser sinceros, un aspecto totalmente temible. - ¡Papá! – Exclamé alzando la voz mientras me lanzaba sobre él, decisión que al parecer no había sido la correcta ya que mi cuerpo solo se topó con suelo firme. Impacté con las palmas de mis manos, de lo contrario mi cabeza hubiese revotado en el suelo. Ahora si, nada tenía sentido. La posibilidad que papá estuviese ahí para ayudarnos estaba totalmente descartada, los intrusos éramos nosotros, los que no pertenecíamos a ese tiempo éramos Cooper y yo, sobrábamos rotundamente, éramos solo unos espectadores de una película que se filmaba delante de nuestros ojos como testigos y nada más. – Co-o-oper – Dije débilmente mientras me ponía de pie para observarlo, su rostro era de un infinito desconcierto al igual que el mío. Necesitaba como poder sacarnos de ahí antes de que fuese demasiado tarde. Iba a correr sangre, eso era un hecho y no quería que él fuese testigo de aquello. No se merecía eso, no necesitaba un recuerdo como este en su inocente memoria. - Campbell – Dijo una voz firme y ruda, completando el nombre del chico que me acompañaba. ¿Era una broma? Entonces papá si sabía que estábamos en ese lugar, de lo contrario la situación sería una extraña coincidencia. – Te advertimos que si quería jugar a superhéroe, nosotros no éramos los indicados, rata inmunda - ¿Qué? Me mantenía tras la sombra del hombre que me había dado la vida, escondida y totalmente confundida. Malfoy reía, se sacó la capa dejando sus cabellos dorados destallar por la luz de la luna y Black por su parte se mantenía tranquilo y silencioso.
El corazón se me detuvo cuando un hombre salió desde las tinieblas, desde un rincón apareció una persona exactamente igual a Cooper. Lo miré asombrada, pasmada, petrificada de los pies a la cabeza. Cerré y abrí los ojos incrédula pero si, estaba ahí y no tenía miedo, sonreía. Sabía lo que estaba haciendo, tenía conciencia de que ahora viviría un suelo y estaba ansioso de que eso ocurriese, pude leerlo en su mirada. Sus pupilas brillaban emocionadas, aquel brillo valiente y decidido que había visto en Cooper unos minutos atrás. Di un paso hacia atrás al ver como simultáneamente Abraxas y Cygnus alzaban sus varitas.
Giré mi rostro luego de unos segundos para observar la expresión de Cooper pero me llevé una no muy grata sorpresa. Desde un lugar que yo aun no conocía, mi acompañante sacó fuerza para arrastrarme a su lado hacia un rincón de aquel oscuro callejón. La emoción con que brillaba su mirada me hizo sonreír, se veía demasiado tierno en una situación de aventura como la que estábamos viviendo. Me mordí la lengua para no interrumpir en su juego ya que a esos dos yo los conocía muy bien y era solo necesario que me vieran para que nos ayudaran a volver a Hogwarts, mientras que nos explicaran donde estábamos.
Debía aceptar que cuando noté que un hombre nos acompañaba mi corazón dio un salto de tal manera que creí se me escaparía por la boca, pero por suerte eso no ocurrió. Me mantenía al lado de Cooper observando todos sus movimientos con extrema precaución, no obstante al notar como su varita atravesaba el pecho de nuestro acompañante como si este estuviese generado por partículas de nada, mi mandíbula se fue hacía abajo como si no pudiese con la gravedad mientras mi rostro se teñía de un intenso color blanquecino. ¿Qué diablos estaba pasando? Lo primero que llegó a mi mente fue la idea de que estábamos muertos ¿Qué más podría a ver pasado? No entendía nada y odiaba no saber lo que ocurría, detestaba no tener el control de la situación por lo que tendría que averiguar lo que estaba sucediendo y lo tenía que hacer en ese preciso instante. El hombre se puso de pie y yo lo imité de un salto, los encapuchados no me harían nada así que no había riesgos que correr. Jalé de mi mano para que Cooper se pusiese de pie también y con paso rápido comencé a seguir al hombre que hace unos momentos estaba a nuestro lado. Frené en seco cuando descubrí que el par de hombres, ya no estaba. – Yo… yo se lo que está pasando – Murmuré suavemente mirando siempre hacia el frente. No quería encontrarme con miradas acusadoras y que pidieran explicaciones.
Avanzamos unos metros, tal vez un poco más, cosa de la cual no me percaté, solo me dedicaba a mover mis pies con rapidez y a sujetar a Cooper con fuerza. Avanzábamos por un costado de la calle observando de vez en cuando nuestras espaldas para asegurarnos de que todo seguía exactamente igual. No dije nada más en todo aquel momento porque un nudo que me apretaba el pecho no me dejaba volver a la tranquilidad que me caracterizaba. Esos dos habían desaparecido transformándose en polvo fluorescente que rápidamente borró su rastro ¿Quién más que mortífagos hacían eso? Pues nadie más obviamente. El silencio nos abrazó con rudeza, cosa que me dejó totalmente intranquila. Yo ya había estado en una situación parecida antes, haces años, cuando papá y Fenrir me enseñaron lo que debía hacer para luchar por la pureza de la sangre en contra de todos esos impuros que traicionaban nuestra verdad. ¡Merlin! Oí un aullido que me erizó la piel, haciéndome darme cuenta de que lo que presentía era una total realidad. Aquel sonido desgarrador que escapaba del pecho de aquel emisor, aquel personaje que había expresado su agresividad a todo pulmón era nada más y nada menos que Fenrir, mi tío. Desde que tenía conciencia lo había escuchado y era totalmente incomparable, su cólera era imposible de igualar.
Una ráfaga de viento nos golpeó de frente haciendo que mis pies se clavasen en el suelo al igual que el hombre que seguíamos. El tiempo se detuvo como si nos hubiesen sacado una fotografía, mi cuerpo comenzó a temblar y entrecerré los ojos para no ver en primera fila lo que iba a suceder. Los colores fluorescentes volvieron a aparecer en un suave torbellino que trajo consigo a tres manchas oscuras dentro de nuestra misteriosa fotografía que imaginaba en blanco y negro. Si antes mi rostro se había desconfigurado al notar que aquel hombre parecía un fantasma, ahora mi rostro se había transformado en nada al ver a la persona que se había llegado. Mis ojos se abrieron de par en par y una amplia sonrisa se grabó en mis labios. Tiré de Cooper mientras mis pies avanzaban con euforia hacia donde estaban aquellos tres encapuchados, sin embargo mi manó soltó la suya a mitad de camino dejándolo a mitad de camino. Corrí hasta toparme frente a frente con un hombre que no estaba con anterioridad, era una persona alta y corpulenta, de tez blanca y cabellos claros. Una mirada impenétrante y para ser sinceros, un aspecto totalmente temible. - ¡Papá! – Exclamé alzando la voz mientras me lanzaba sobre él, decisión que al parecer no había sido la correcta ya que mi cuerpo solo se topó con suelo firme. Impacté con las palmas de mis manos, de lo contrario mi cabeza hubiese revotado en el suelo. Ahora si, nada tenía sentido. La posibilidad que papá estuviese ahí para ayudarnos estaba totalmente descartada, los intrusos éramos nosotros, los que no pertenecíamos a ese tiempo éramos Cooper y yo, sobrábamos rotundamente, éramos solo unos espectadores de una película que se filmaba delante de nuestros ojos como testigos y nada más. – Co-o-oper – Dije débilmente mientras me ponía de pie para observarlo, su rostro era de un infinito desconcierto al igual que el mío. Necesitaba como poder sacarnos de ahí antes de que fuese demasiado tarde. Iba a correr sangre, eso era un hecho y no quería que él fuese testigo de aquello. No se merecía eso, no necesitaba un recuerdo como este en su inocente memoria. - Campbell – Dijo una voz firme y ruda, completando el nombre del chico que me acompañaba. ¿Era una broma? Entonces papá si sabía que estábamos en ese lugar, de lo contrario la situación sería una extraña coincidencia. – Te advertimos que si quería jugar a superhéroe, nosotros no éramos los indicados, rata inmunda - ¿Qué? Me mantenía tras la sombra del hombre que me había dado la vida, escondida y totalmente confundida. Malfoy reía, se sacó la capa dejando sus cabellos dorados destallar por la luz de la luna y Black por su parte se mantenía tranquilo y silencioso.
El corazón se me detuvo cuando un hombre salió desde las tinieblas, desde un rincón apareció una persona exactamente igual a Cooper. Lo miré asombrada, pasmada, petrificada de los pies a la cabeza. Cerré y abrí los ojos incrédula pero si, estaba ahí y no tenía miedo, sonreía. Sabía lo que estaba haciendo, tenía conciencia de que ahora viviría un suelo y estaba ansioso de que eso ocurriese, pude leerlo en su mirada. Sus pupilas brillaban emocionadas, aquel brillo valiente y decidido que había visto en Cooper unos minutos atrás. Di un paso hacia atrás al ver como simultáneamente Abraxas y Cygnus alzaban sus varitas.
(off: Disculpa la demora, mi notebook murió T.T)
Última edición por Emily Greyback el Dom Ago 15, 2010 10:35 pm, editado 1 vez (Razón : +off)
Emily Greyback- ~Prefecta S.~
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