No quisiera estar aquí (LIBRE)

Debía dejar de quejarme tanto porque si continuaba haciendolo probablemente jamás saldría de la enfermería, y permanecer ahí por mucho tiempo ahí era lo que menos quería. Sin embargo no pude refunfuñar por lo bajo, aún oculta bajo las sábanas pensando que casi era imposible que alguien fuera a la enfermería, más que nada porque no le deseaba a nadie lo que estaba pasando yo en ese momento. En un momento me pareció escuchar que alguien más había entrado, y creí que solo era mi imaginación cuando escuché una voz conocida, y se me dibujo una sonrisa en el rostro. ¿Quizás se había enterado que yo estaba ahí? No sabía cómo, pero probablemente era eso. Reí un poco antes de responder a su pregunta.

- ¡Emma!- grité a la vez que corría las sábanas y me quedaba sentada, aunque mi fuerza duró muy poco ya que, segundos más tardes, volví a caer sobre la cama y mi sonrisa se desdibujó cuando comprendí que no se trataba simplemente de una visita- ¿Qué ocurre? ¿Estás bien?- pregunté preocupada.

Casi instantaneamente recibí la respuesta de quien se encontraba bajo la sabana, era Annabelle, una Ravenclaw de quien era amiga. Al parecer ella estaba una poco pero que yo, ya que no tuvo la sufiente fuerza para mantenerce sentada por un momente, aunque pareciera que cuendo me escuchó, no era precisamente la clase de compañia que ella esperaba.

-Pues, precisamnete no todo esta bien.-Agarré mi cbeza por el el gran dolor que sentí en ese instante.-No se exactamente como, pero creo que atrapé un resfriado.-La miré a ella, se miraba tan demacrada, un poco más y parecía estar en el lecho de muerte, y sus acciones, no el ayudaban mucho para ocultarlo.-Pero mirame a mi, estoy muy a comparación tuya, ¿que te pasó?- esperé la respuesta de la rubia Ravenclaw...

Excuché toda su explicación manteniendo una mirada preocupada, si bien yo había deseado tener compañía tampoco había pedido que esa persona tuviera que sufrir lo mismo que yo estando enferma. Pero si podíamos verle algo bueno a todo aquello era que estábamos juntas en eso, ninguna se aburriría ni tendría que soportar estar sola en la enfermería mientras los demás se estaban divirtiendo. Fue entonces que Emma me preguntó sobre lo que a mí me había pasado, así que, con un poco de esfuerzo, conseguí sentarme, sintiendome ligeramente mejor.

- Desperté así, cansada y con la sensación de estar a punto de enfermarme- empecé a contarle- Creo que no me equivoqué, ya ves que estoy acá-dejé escapar un suspiro y recordé cómo había ido a parar a la enfermería- No planeaba venir... pero mientras caminaba por ahí tuve un pequeñísimo accidente... entonces supe que debía venir por más que no quisiera- agregué y reí un poco al recordar la armadura que había tirado y la velocidad con la que había desaparecido de la "escena del crimen". Fue el único momento del día en el cual había tenido tantas fuerzas como para correr, seguro la adrenalina dada las circunstancias.

Seguramente Emma me preguntaría sobre aquel "pequeñísimo accidente" que me había empujado a llegar hasta la enfermería y ciertamente se lo contaría, pues seguramente le resultaría tan gracioso como a mí. Quizas incluso podía ser que hubiera visto la armadura tirada y no haya sabido por qué... o bien no la habría visto. Me quedé un instante en silencio, tratando de olvidar mi malestar.

Al escuchar su respuesta reí, me imaginé a la rubia cayendo por las escaleras o algo asi. Aparte sentí compasión por no ser la única que había amanecido tan mal como yo y saber que alguien más podia saber como me sentía.

-Y se podría saber... ¿Cual fue aquel accidente que te convensio de que vinieras?-me puse a pensar mas opciones.- ¿Acaso caíse por las escaleras, o dejaste a alguien sin cabeza por no recordar o no pornunciar bien un hechizo?.-Me puse a pensar en la ultima opción, hacer eso sería realmente genial. Aunque traería muchos problemas.

Mira la cara de la rubia, talvez recordando lo que le había pasado, o talvez por pensar en dejar a alguien sin cabeza por no recordar un hechizo...

Tal y como esperaba Emma me preguntó qué fue lo que me "obligó", por así decirlo, a darle una visita a la enfermera. Pero antes de poder contestarle qué me había sucedido al salir de mi Sala Común ella misma dio sus opciones, como si intentara adivinar. No pude evitar reírme, puesto a que su primer sugerencia era muy posible pues ya me había sucedido en alguna ocasión. Lo segundo, aunque no me había pasado, me pareció igual de divertido y continué riendo.

"No le saqué la cabeza a nadie" murmuré entre risas "Nunca me pasó... o al menos no por pronunciar mal un hechizo..." agreguié pensativa. Si había chocado a unos cuantos estudiantes en mi vida, y algunos los había dejado algo así como sin abeza, claro que noo hablando literalmente. Simplemente o se habían golpeado la cabeza por mi culpa, o bien ganaban un odio tremendo hacia mí "Sucedió otra cosa" agregué cuando terminé de reír.

Primero me fije que la enfermera no estuviera cerca, puesto a que lo menos que quería era que escuchara algo, luego lo comentara por ahí... y yo tuviera problemas por ello. Una vez comrpobado esto, me acerqué más hacia el costado, para estar a menor distancia de Emma y hablé en un tono bajo, confidencial, para que solo mi amiga escuchara.

"Salí de la Sala Común para dar una vuelta porque estaba aburrida y... bueno, iba tan metida en mis pensamientos que no la vi" comencé dejando un poco en intriga qué era lo que no había visto. En esta ocasión bajé aún más mi tono de voz, pero igualmente ella podría escucharme "A la armadura, no la vi ¿Cómo se les ocurre meter una armadura a mitad de un pasillo?" estaba exagerando un poco, la estatua estaba bien, contra la pared del pasillo, pero igual... "Tiré la armadura y me golpeé... es definitivamente me convenció de venir aquí" volví a reír un poco, pensando si alguien ya había descubierto la armadura en el suelo y si podían llegar a saber quién había sido. Volví a acostarme bien, pero aún mirando hacia Emma, para ver qué opinaba respecto a ello. Tenía claro que no le extrañaría, viniendo de mí, que hubiera tenido un accidente así, pero igualmente permanecí en silencio esperando escuchar qué tenía para decirme.